Centenario Galería Güemes

Inaugurada en 1915, la galería Güemes fue uno de los primeros rascacielos de la Ciudad y se ha convertido en un edificio emblemático.




El 16 de diciembre de 1915 se inauguró la Galería General Güemes, en ceremonia organizada por el Círculo de la Prensa. Sus propietarios, los Sres. David Ovejero y Emilio San Miguel, salteños, honraron al Gral. Martín Miguel de Güemes, poniéndole su nombre a la primera construcción monumental que tuvo la República Argentina, emplazada entre las calles Florida (nº 165) y San Martín (nº 170), entre las calles Bartolomé Mitre y Tte. Gral. Juan Domingo Perón.

El arquitecto italiano Francisco Gianotti, el mismo que construyó el edificio de la Confitería del Molino, fue inspirado en las grandes galerías europeas de la época, con sus 3.000 m2, con sus 14 pisos y 87 metros de altura, esta obra cumbre del Art Noveau fue el primer rascacielos de Buenos Aires, con el primer pasaje público que conectó, con una galería comercial, las calles Florida y San Martín. Considerado un hito de la arquitectura urbana y un alarde de tecnología para la época, debido a que sus 14 ascensores recorrían toda la extensión en sólo un minuto y contaba con sistemas contra incendio que bombeaban hasta 24.000 litros por hora y eran activados por alarmas eléctricas. Los distintos sectores contaban con refrigeración, calefacción y ventilación forzada. Un sistema de tubos neumáticos servía de correo interno del edificio y contaba con un indiscreto tablero luminoso que informaba la ocupación o desocupación de las oficinas.

El pasaje tiene 116 metros de largo y está techado con una bóveda de cañón corrido de 8,5 metros de ancho y 14 metros de alto en su parte central, interrumpido por dos halls de 12 metros por 12 metros, coronados con sendas cúpulas circulares de hierro y cristal, apoyadas en 8 columnas.

Encendido en su cúpula, a 87 metros de altura, un faro servía de referencia a las embarcaciones del Río de la Plata. En el mirador del último piso se instaló un telescopio, que permitía observar toda la ciudad y, en condiciones diáfanas, la costa uruguaya.

La construcción empezó en 1912 y en ella trabajaron alrededor de 600 obreros durante 33 meses. Los señores Emilio San Miguel y David Ovejero, dueños de gran fortuna y de la casona que había en el terreno, quedaron en bancarrota por el costo de la obra, que subió de 10 a 15 millones de Pesos fuertes, infortunio agravado por el hundimiento del barco que traía los mármoles italianos para la fachada.

En el teatro que funcionaba en el subsuelo, cantó Carlos Gardel, el 27 de febrero de 1917, y actuaron a lo largo del tiempo muchos artistas populares, como Pepe Biondi, Pepitito Marrone, etc. Alan Parker filmó allí escenas para la Ópera Evita, con Madona y Antonio Banderas. Y Leonardo Favio filmó allí "Gatica, el Mono".

A lo largo de un siglo, sucedieron innumerables modificaciones en cuanto a sus propietarios y también en lo que hace a la distribución de espacios. En los pisos superiores existió durante mucho tiempo un hotel, en el que se hospedaban artistas nacionales e internacionales, destacándose que durante 15 meses se alojó allí el aviador y escritor francés Antoine de Saint-Exupéry, autor de El Principito. También funcionaron, en otros pisos, las redacciones de las revistas Nativa, Tía Vicenta y El Correo de la Tarde.
En 1947 se realizó una profunda reestructuración del edificio y en 1960 se incorporaron 600 metros cuadrados para oficinas. En 1971 un voraz incendio causó la destrucción de la fachada y de la parte nueva sobre la calle Florida, quebrando la integridad arquitectónica del edificio.
Emblemáticas firmas y locales comerciales tuvieron sede en la Galería, algunos de los cuales estuvieron varias décadas y todavía permanecen en funcionamiento. Ubicada en pleno Microcentro porteño, contigua a las sedes de las principales entidades bancarias, ha sido transitada y visitada por generaciones empleados bancarios, que la tuvieron como obligado punto de encuentro, a la hora del almuerzo o al final de la jornada laboral.

Una de las características de esta monumental galería es que no ha quedado únicamente como un sitio de interés turístico sino que, luego de un siglo, sigue siendo utilizada, visitada y transitada, no sólo por los visitantes del interior del País y del exterior, sino principalmente por los porteños que trabajan en las inmediaciones, y son quienes le dan vida y la mantienen tan vigorosa como aquel día de 1915, en que fue inaugurada.

El Sitio oficial de Turismo del Gobierno de la Ciudad, destaca que: "La Galería Güemes es un verdadero tesoro de época para descubrir mientras se recorre el centro de la Ciudad de Buenos Aires. Se trata de un pasaje peatonal de más de 100 metros de extensión (que une las calles Florida y San Martín) con un valor cultural e histórico inigualable, en el que se destaca su mítico mirador que reabrió al público en el año 2013."

Fue declarada Patrimonio Arquitectónico y Sitio de Interés Cultural de la Ciudad de Buenos Aires (Res. LCABA 177/2000).

Fue reconocida como Edificio Emblemático del Art Nouveau de Buenos Aires por la Asociación de AANBA.
Fue reconocida como “Testimonio de la Memoria Ciudadana” por haberse mantenido hasta el presente conservando su carácter y decoración original.

Fue declarado Edificio Representativo de Buenos Aires por ser una de las obras más representativas de la Ciudad de Buenos Aires, que le imprime su carácter e identidad.
Se trata, en definitiva, de un edificio emblemático de nuestra ciudad, un verdadero  "Landmark", cuya construcción significó un aporte significativo para el progreso de la urbe y cobijó, a lo largo de un siglo, parte de nuestra historia cultural, social y comercial, de modo que al cumplirse el centenario de su construcción la Ciudad y su Legislatura no pueden menos que conmemorar el hecho, dejando debida constancia con la colocación de una placa que lo atestigüe. 
                                                         Lic. Roxana Di Bello 
                                                                                       Texto Inédito


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