MI GATITO ES EL MÁS BESTIA Gilles Bachelet Se trata de un libro álbum que nos presenta una divertida contradicción entre el texto y la imagen. Ya desde la tapa, el título choca con la imagen; el primero habla de un gato y en la ilustración vemos, claramente, un elefante. Un elefante que intenta llevar una vida gatuna, pero no responde a las leyes propias de ese mundo. Y es que jugar con un ovillo de lana, con semejante tamaño no es tarea fácil. Tampoco lo es dar vuelta en el aire y caer en cuatro patas. A la hora del baño, si bien comienza lamiéndose las patas como cualquier gato que se precie de tal, finalmente la naturaleza manda y no puede evitar el chorro con la trompa, que en este caso no será del río, sino del inodoro. Por otra parte, el dueño de esta mascota (no me animo a nombrarla), esta tan convencido de que se trata de un gato, que excusa su aversión por los ratones aludiendo a la limpieza de su departamento e intenta descubrir, obviamente sin éxito, a que raza perten